Aquella mujer
De tez morena, mediana estatura, ojos tan redondos como canicas, un tatuaje en la espalda, otro en la muñeca del brazo izquierdo y otro en el tobillo, imágenes horribles a mi parecer, un corazón clavado de un cuchillo, una calavera en la espalda y el último que parecían letras con algún mensaje oculto, describían claramente su personalidad y como olvidar de su terrible acento que llamaban la atención de esta curiosa madre.
No
podía juzgarla por su apariencia física, pero muchos rasgos de ella hacían que
no me diera ninguna confianza.
Si
bien se dice que nunca terminas de conocer a una persona, pero estoy segura que
llegue a conocerla lo suficiente para poder darme cuente de la mala madre,
persona y amiga que es ella. Tan sólo pensar que a su corta edad había
abandonado su hogar, pasaban muchas cosas por mi mente, la miraba y pensaba en
lo rara y odiosa que era. Quizás las lecciones de vida, le malograron el ideal
de vida que tenía.
Nunca
olvido la primera vez que conversamos, no la entendía, cada charla era una
tarea muy difícil, además de su acento y el sinfín de palabras que decía en
cuestión de minutos, como en una carrera de Dakar, solo trataba de entender y
descifrar cada estupidez que hablaba, claro no tenía un poquito de cultura general,
habiendo reprobado todos los años de
colegio por irse a caminar, quién sabe a dónde.
Quién
entendería las cosas que pasaban por su
mente, pasaban los minutos y no podía evitar pensar en el porqué de su actitud
detestable, la miraba y pensaba, ¿será su educación?, ¿la falta de unión
familiar?, y muchas preguntas más mientras la veía a su bebé mecerla entre sus
brazos.
La
sinceridad era su don, pues no le faltaban ganas para decirte hasta los pequeños
detalles de tu persona, de pocos amigos, enemiga de lo permanente, ambiciosa y
mentirosa. La preocupación por la vida era lo de menos y más si se trataba de
relaciones estables. El amor a su familia era lo de menos, tener muchos
hermanos y ser la mayor entre todos no era problema alguno, ya que no le importaba
la unión.
Su
terrible actitud, personalidad y falta de madurez, es el resultado de siete
hijos. No descarto la idea de los terribles años de soledad y de las terribles
experiencias que tuvo que pasar para poder salir adelante, pero nada justifica
la actitud que ella tomaba, traer al mundo a una persona es una responsabilidad
tan fuerte que no tiene punto de comparación.
Cada
aspecto de su persona hacía que la vida no sea motivo de preocupación, haciendo
que cada día sea una nueva lección para poder salir adelante.
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