jueves, 28 de mayo de 2020

TEORÍA POR FRIDA DÍAZ BARRIGA


Con el paso de los años las nuevas tecnologías de información y comunicación nos muestran un sinfín de descubrimientos y avances en todo nivel. La educación no podía pasar inadvertido frente a las advertencias y exhortaciones. El desarrollo por competencias son procesos complejos de desempeño con idoneidad, ética y responsabilidad en un determinado contexto; sin embargo existe una polisemia en las maneras de entenderlas. Diferentes autores se han referido al tema, sin descuidar la base central del pensamiento, encontramos muchos paradigmas, el saber hacer prescriptivo y es cuando surgen críticas a las competencias. Se tiene la concepción que reduce el alcance profesional, criterios que quedan ambiguos hoy por hoy, arguyendo que solo se forma capacidades técnicas, re adecuando los planes de estudio ya planteados en el currículo educativo, que no logran formar a personas pensantes, autónomas.

                    Surgen diferentes inquietudes respecto a la implementación de este nuevo modelo, ¿por qué abstenerse a cambiar el rumbo?,  ¿por qué debemos centrarnos en las competencias? Es cuando vamos desglosando las diferencias de aquel cambio. Un currículo por objetivos pondera el saber en sí mismo como señal de sabiduría, propone el aprendizaje como una experiencia básicamente discursiva, enfatiza la capacidad de comprender, explicar; en cambio un currículo por competencias busca desarrollar en los estudiantes desempeños para hacer frente a toda clase de circunstancias y resolver problemas con eficacia en el contexto de su crecimiento personal social y profesional. Las competencias nos tienen que llevar a construir una persona que domina aquellas competencias, una persona capaz de innovar, inventar, construir, para saber ejercer debemos tomar buenas decisiones, una habilidad básica que todo docente debe tener; ser una persona que pueda solucionar en contextos de la vida real y los que compete a su ámbito profesional, sin perder de lado la mirada ética en el ejercicio de la profesión; es cuando podemos definir a una competencia como la manera de construir y no así para transmitir. Ahora bien para poder enseñar por competencias, es fundamental crear situaciones, aquello que implique dinamizar el conocimiento del estudiante y que le permita afrontar problemas creando conocimiento innovador. Necesitamos ser personas pensantes, claras, para llevarlos a la práctica donde el reto se base en la reflexión metacognitiva, y autorregulación del conocimiento para trasladarlos a escenarios educativos, de manera que los docentes también puedan llevar una formación continua y congruente.

                       Se puede concluir, que estos cambios en cuanto al modelo de enseñanza – aprendizaje pueden generar un repelo, de manera que el proceso de transposición didáctica por competencias es fundamental para el estudiante y para ello los docentes juegan un papel fundamental, realizando un ajuste a la enseñanza, para generar estrategias en el campo profesional. Si el docente quiere formar a personas que puedan enfrentar todo tipo de retos en su ámbito profesional, debe replantear cuáles son las situaciones sociales profesionales que son relevantes en contexto en el espacio educativo, centrando los contenidos como el objeto de estudio, pensando situaciones didácticas auténticas que permitan al estudiante vincularse con situaciones sociales, de manera que los enfoques didácticos acerquen a los contextos de la realidad de los estudiantes, dando tareas que generen autenticidad. Ponderaciones que surgieron a manera de extracto de la teoría explicada por Frida Díaz Barriga sobre el enfoque por competencias; de modo que podemos aseverar, que un modelo por competencias es un enfoque curricular que nos ayuda a bajar a la práctica, nos ayuda a concretizar el modelo en la acción pedagógica, dicho de otro modo, las competencias nos abren las ventanas hacia la realidad.  

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